Por qué no se están entendiendo los diálogos de las películas en el televisor

 ¿Le ha pasado que una película tiene el audio raro? ¿Suenan más duro los efectos que la línea de diálogos? Pues es un problema que resulta ser más profundo que una simple percepción casera.

El periodista Ben Pearson se dio a la tarea de preguntarle a los encargados del sonido en las producciones de Hollywood y lo que se encontró es una serie de errores que desencadenan en una sensación de no entender lo que hablan en las películas o series.


Después de indagar y recoger testimonios, dichos errores se podrían ejemplificar como eslabones en la cadena que terminan afectando el producto final. 

Y es que hay que partir desde el comienzo, es decir desde que se graba la producción. Los actores para verse más naturales y creíbles optan por dejar de gesticular y vocalizar las palabras, sus labios casi no pueden ser leídos y por ende lo que pronuncian se torna más complicado de captar. Y con ese estilo de actuación varios directores han compaginado, por lo que cada vez más tienen vía libre los susurros, murmullos y voces tipo Billie Eilish cantando. No es que sea malo; sí, hace que la actuación sea más creíble, pero el sacrificio es, al final, para el audio de la producción.

En su artículo, Pearson hace hincapié en el equipo de sonidistas en el set. Hoy el sujeto con el boom (micrófono sujeto a una vara) no es tan indispensable como en la época en la que el sonido análogo hacía parte de la grabación. Al ingeniero de sonido le han vendido la idea de que los sonidos y efectos se pueden trabajar en posproducción, en el estudio de edición, mezcla y montaje; lo que ha desencadenado en una disminución en la atención al sonido que se captura en grabación, incluyendo, los diálogos. El gaffer (el encargado de sostener el boom) hoy ya no aparece encima del actor y las cámaras tienen más libertad para ampliar el plano o hacer movimientos sin que vaya a aparecer el micrófono o la sombra de este en la toma.

El uso del sonido digital se convirtió en un arma de doble filo, ya que al no recurrir al sonido, en especial el de ambiente grabado en producción; queda un gran porcentaje para el estudio, el computador y si bien este puede alcanzar un sinnúmero de canales dedicados al audio especializado, lo cierto es que a la hora de hacer el montaje, es decir la edición final de la producción, la mezcla del audio con los efectos y la banda sonora terminan opacando la línea del diálogo y salvo se haga una reproducción en un sistema idéntico al de la sala de montaje, el fenómeno del audio de los diálogos más bajo que los otros audios se notará.

De hecho, aunque las salas de cine están preparadas para reproducir películas con las calidades de audio e imagen con las que salen editadas, Pearson encontró testimonios donde pudo comprobar que en las salas de proyección, que hoy son un computador y no un cuarto lleno de máquinas, la configuración del sonido no se trabaja adecuadamente. Las películas se editan y se distribuyen para ser reproducidas bajo ciertos parámetros. No es lo mismo una película animada, llena de efectos de sonido que un musical o un drama. Por lo tanto, la sala debería adaptarse a cada película y no siempre se hace, lo que va ocasionando que películas que traen muchos efectos suenen distinto y quizás empiecen a tapar la línea de diálogos, ahí mismo en los cinemas.

Y si esto ocurre en los lugares especializados, con mayor razón pasa en los hogares donde los editores no tienen idea bajo qué condiciones sus productos van a ser reproducidos.

Si bien es cierto las películas se editan también para las condiciones que admite el streaming, esto no es garantía de que se vayan a reproducir bajo esas condiciones óptimas. Por lo general, el audio de una película llega en Dolby o DTS 5.1, pero si no se tiene un equipo para esa calidad, el algoritmo del televisor en la mayoría de casos va a convertir ese 5.1 en un audio estéreo. Una vez hecha la conversión, la degradación del audio dependerá del software de compresión que tenga el televisor, pero aun así, será inevitable que se presente el fenómeno de tener las líneas de diálogo más bajas que otros efectos de sonido que pueda traer la producción.

A estos eslabones en la cadena de errores, le agregamos uno típico en Latinoamérica y es el de descargar películas de sitios piratas. Para haberlas alojado en estos sitios necesariamente tuvieron que usar software de compresión, incluyendo el audio. Y los canales 5.1 desaparecen para tener un audio estéreo con pérdida donde sí o sí se notará opacada la línea de diálogos. 

Si se había preguntado por qué razón sentía que no entendía lo que decían, fuera en inglés o en audio doblado y muchas veces se tuvo que apoyar en los subtítulos, he aquí las razones del particular fenómeno que por ahora no se vislumbra cómo se vaya a solucionar.

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