La velocidad de Internet que necesitan las aplicaciones de video

 Están en auge las aplicaciones de video. Tuvieron un inicio tímido y lento, en la última década algunas veían cómo les iba a Apple Tv y Netflix, las pioneras. No solo fueron ganando terreno y mercado mundial, sino que se convirtieron en fuerte rival de la televisión y de la industria del cine.

Les llegó la hora, quizás porque ya los avances tecnológicos en los televisores facilitaron todo, además el Internet 4G se globalizó más rápido que sus generaciones predecesoras y el Internet cableado también alcanzó una banda ancha ideal para los contenidos audiovisuales. Por eso en menos de tres años han aparecido varias compañías multinacionales apostándole a las aplicaciones, llevando su estrategia de negocio a competir en el mundo de los contenidos por demanda.

En Latinoamérica tenemos Netflix, Apple Tv, HBO Max, Disney +, Star + y Prime Video como las principales, aunque hay muchas más, incluso no pagas, como Pluto TV. Pero, en general, son las que incentivan a que el usuario se acostumbre a consumir contenidos de otra forma y ya no se apegue a la tradicional.

La calidad de los contenidos que las aplicaciones ofrecen también ha cambiado velozmente - nos referimos a la calidad técnica- en los últimos años. Como decíamos atrás, en el comienzo todo fue lento y cauto. Reproducir películas o series o cualquier formato por streaming tenía el desafío del Internet y que este no fuera capaz de descargar el contenido en tiempo real. 

Por fortuna, el Internet ha ido creciendo, quizás no a la velocidad deseada, pero logrando cifras importantes de cubrimiento, en especial la banda ancha. Y sí, la pandemia fue un detonante para acelerar el proceso de masificación del Internet. Las razones fueron otras: población estudiantil en casa, trabajos de oficina en casa y prácticamente la mayoría de actividades desde casa, lo que obligó a los Estados a impulsar el robustecimiento de la infraestructura del Internet. Beneficiadas, por derecha, todas las aplicaciones de video que ya pudieron acceder sin tanta timidez a presentar contenidos en calidad superior, el video en 4K y el audio en formatos Dolby o DTS en alta calidad ya son una realidad al alcance.

En la actualidad depende más de la capacidad del dispositivo que se use para ver una aplicación VOD (Video on Demand) que del mismo Internet. Por ejemplo, no siempre es el televisor el que utilizamos para acceder a alguna de estas aplicaciones. En contraste, tenemos el computador, el celular, la tablet como alternativas. Y dependiendo de la capacidad de estos dispositivos es que podremos tener una calidad determinada en la reproducción de algún contenido. 

Es decir, si la pantalla del computador tiene una resolución máxima de 1920 x 1080, lo que equivale al Full HD, esa será la calidad máxima que la aplicación utilice para reproducir su contenido, no podríamos esperar un 4K porque no tendríamos un dispositivo de esta capacidad. Por lo tanto, la velocidad de descarga del Internet debería ser la adecuada para una reproducción Full HD, que por lo general, oscila entre las siete y las diez megas de bajada.

En la mayoría de los celulares, la resolución de la pantalla ni siquiera llega al Full HD, por lo que la velocidad de descarga de cinco a diez megas sería más que suficiente. 

Con los televisores smart que no son de alta resolución, ocurre lo mismo, para su capacidad, un Internet de 10 megas debería alcanzar; sin embargo, un detalle puede influir: si la conexión es por WIFI y, además del televisor, hay más dispositivos conectados a la misma red, es probable que el contenido se paralice en más de una ocasión porque las megas de la red no serán suficientes al estar siendo usadas por más dispositivos simultáneamente. 

En el caso de querer ver un contenido en 4K, necesariamente hay que tener un dispositivo que reproduzca esta resolución, puede ser un computador con una pantalla UHD, o una consola de videojuegos de nueva generación, o, por supuesto, un televisor 4K. Las aplicaciones sugieren tener un plan de Internet de mínimo 25 megas de bajada. Y para que esta calidad no se vea afectada, lo ideal es hacer la conexión cableada y no a través del WIFI. 

Pensar en planes de banda ancha de 25 megas hoy en día no es tan traumático como lo era hace unos pocos años, en parte por las consecuencias de la pandemia. Pero además la fibra óptica sigue avanzando y las zonas urbanas comienzan a tener mayor cobertura y el famoso Internet 5G está a la vuelta de la esquina, lo que nos permite pensar que no solo seguirán en auge los contenidos en demanda, sino que vendrán cada vez con más mejoras en resolución de imagen y calidad de sonido.

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