No todas las señales son ideales para un televisor 4K
Quién lo diría pero hay veces que es mejor no tener un televisor 4K, en especial si es para ver televisión. Estas pantallas con máxima definición, que prometen una inmersión visual, pueden llegar a decepcionarnos por los resultados del uso cotidiano: señales de televisión producidas en menor calidad dejando al descubierto la degradación de las imágenes.
Y es que las cadenas de televisión están a años luz de emitir en calidad 4K. Los canales de cable ya prácticamente se estancaron en la calidad SD, y más, cuando están siendo reemplazados por los contenidos VOD (Video en demanda). Y si ni la televisión de aire ni la paga ofrecen calidad 4K, entonces se empieza a tener un conflicto con el televisor de dicha resolución.
Las nuevas generaciones que tienen capacidad adquisitiva compran un televisor 4K para mucho más que ver televisión, que es la función básica de un televisor. Así como quien compra un celular para hacer llamadas. Cuando se sintonizan señales de televisión en un televisor UHD o 4K, a pesar de que estos cuentan con tecnología de reescalado de imagen, los resultados son evidentes a la vista del ojo, pero en forma negativa.
Las imágenes pierden definición, se pierden los contrastes, algunas zonas tienden a pixelarse, en especial cuando hay bastantes zonas en negro. Y todo pasa porque la señal de televisión se transmite en la mayoría de canales con resolución HD o estándar, que son 1080 pixeles de ancho por 720 de alto. La pantalla 4K tiene que reescalar esta imagen y acomodarla en su área de 3840 x 2160 pixeles. Incluso hay casos en que la señal todavía es analógica, es decir un canal emitiendo al equivalente de 640 x 480 pixeles.
Los que más se pueden frustrar son los que esperan ver transmisiones deportivas como si estuvieran frente a la pantalla IMAX. Hubo una época en la que la llegada de eventos de masiva audiencia como los Juegos Olímpicos y el mundial de fútbol, eran aprovechados por las televisiones del mundo para emitir con su más reciente capacidad tecnológica. En América Latina, algunos pudieron experimentar esos eventos en calidad 4K. No duró mucho, eran más los costos que quienes podían acceder a dicha calidad.
Hoy quizás ya esa mínima cifra de posibles usuarios televidentes no es tan mínima, pero igual, no hay quien emita en calidad 4K. Los eventos llegan en calidad SD y esta calidad en una pantalla 4K hace que ya no sea posible reconocer caras, tener detalles aun si son planos abiertos y donde hay balones o pelotas, es inevitable ver chispas o halos cuando ese pequeño punto de color se desplaza por toda la pantalla.
Y si no es televisión, entonces es señal desde un reproductor externo, como un DVD, un Bluray o un computador. En general, dispositivos que transmiten máximo en calidad FULL HD, es decir, 1920 x 1080 pixeles. Aquí la notoriedad de la mala calidad se disminuye o se disimula. El reescalado del televisor se comporta mejor y hace más tolerable los cambios en la definición, contrastes y demás, salvo cuando hay imágenes donde dominan los tonos oscuros y el negro sigue apareciendo como una nube de pixeles.
Con los videojuegos se puede tener una experiencia tolerable. La mayoría de videojuegos de consola fueron creados para reproducir en calidad FULL HD, tendencia que empieza a cambiar con la salida de las nuevas generaciones de consolas. En pocos años, el mercado de los videojuegos adoptará como estándar el 4K.
Por fortuna, para las pantallas 4K, las aplicaciones de contenidos están en auge y estas cada vez más tienen cantidades de producciones en 4K. En especial, las que son aplicaciones por suscripción. Las gratuitas, hasta donde hemos chequeado, se mantienen en emisión de contenidos en calidad SD.
Es evidente que si se reproduce un contenido 4K en una pantalla 4K, la sensación de sentirse frente a un IMAX puede ser posible, pero eso solo lo experimentan quienes compraron un televisor de estos para no ver televisión.
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