Las diferencias entre los que pagan la suscripción a YouTube premium y los que no
Que levante la mano quien no haya entrado a YouTube. Algunos usan la plataforma sin usuario, muchos otros -quizás ni cuenta se han dado- tienen por defecto su usuario Android, que es el mismo correo de Gmail, lo cierto es que se ha vuelto una de las páginas o aplicaciones mecanizadas por la gente, sin importar edad o nivel de entendimiento de tecnología, ingresar a YouTube ahora es una tarea más de la vida diaria, como ponerse zapatos o pagar el transporte público.
Y desde hace años, cada vez que entramos a YouTube nos viene acompañando un mensaje de invitación a suscripción. Ese mensaje que espera por más y más usuarios pagos en todo el mundo, ese mensaje que busca convencer a la gente de que pague por tener un YouTube con privilegios, o como lo han bautizado: premium.
En 2014 nació la versión paga de YouTube y se le denominó YouTube Red. La idea de esa versión era eliminar los contenidos publicitarios de sus usuarios, pero al mismo tiempo, darle rienda suelta a la publicidad en la versión gratuita de la plataforma.
Hacia 2018, en YouTube quisieron animarse a hacer crecer su versión premium y por eso bajo la etiqueta de YouTube Originals, la plataforma empezó a ofrecer series, películas y documentales creados en exclusiva para YouTube.
El principal objetivo de YouTube premium era competirle a las plataformas de streaming. Objetivo que no consiguió, ya que tras un par de años con esta estrategia, no alcanzó la cantidad de suscriptores ideal para seguir sustentando la financiación de productos exclusivos.
Lo cierto es que la calidad de las series que crearon sí era bastante competitiva. Una de ellas, Cobra Kai, fue adquirida por Netflix y continuó desde la segunda temporada en esa otra plataforma.
YouTube premium se enfocó entonces en la creación de contenidos, apoyado en los mismos creadores de contenido de la plataforma que ya se han vuelto reconocidos por los usuarios, bajo los esquemas de miniseries, shorts, documentales y detrás de cámaras, continúa alimentando la etiqueta YouTube Originals.
Pero este contenido nuevo que viene saliendo no es privilegio de los que pagan, los que no tienen la versión premium e incluso, los que ni siquiera acceden con usuario, también pueden ver lo que se produce bajo YouTube Originals, solo que con la acostumbrada publicidad.
Acceder a las series sí sigue siendo algo exclusivo de quienes se suscriben, pero lo demás está abierto para cualquier usuario. Es decir, hoy en día la gran diferencia entre quien paga suscripción a YouTube y no, es la publicidad.
Aunque después de tantos años, para cualquiera ya es común y la reacción es mecánica a la hora de afrontar una publicidad. El usuario que está dispuesto a ver cualquier video, sabe que al inicio le aparecerán una o dos publicidades y que el botón de SALTAR PUBLICIDAD se activará a los seis segundos y, dependiendo de la duración, sabe que posiblemente tendrá más publicidad al cierto tiempo de estarlo reproduciendo.
Quizás donde aún puede llegar a ser molesta la publicidad obligatoria es en YouTube Music, la biblioteca musical de YouTube, pues igual, al inicio de cada canción, puede aparecer una publicidad y si se trata de una lista, cada cierto tiempo, la publicidad obligatoria aparece. Sin embargo, sucede lo mismo en las plataformas de música: quien no paga suscripción, se atiene a publicidad. Pero en el caso de la música, YouTube sale perdiendo comparado con las otras plataformas, debido a la calidad del audio. Mientras las otras plataformas pueden reproducir audio en HD si se suscribe, YouTube no. Los audios de YouTube son en AAC, que son audios comprimidos, esté suscrito o no.
Los otros privilegios pueda que no sean tan tentadores para justificar una suscripción, como descargar los contenidos, es decir, poder bajar los videos para reproducirlos sin conexión a Internet; la opción de reproducir en segundo plano, útil para los que usan YouTube en celulares y tabletas, así ahorrará batería y el derecho a usar la aplicación en distintos dispositivos.
Y finalmente, los precios. Lo que sorprende es que los planes no equivalen a un monto similar en los distintos países de Latinoamérica. En la misma plataforma pululan los videos de cómo conseguir suscripciones de aquellos lugares donde podría ser más barato.
En esta época, donde abundan las plataformas y los servicios de suscripción para acceder a contenidos exclusivos, YouTube premium no nos ofrece novedades exclusivas, solo nos evita la publicidad, a cambio de la mensualidad.
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